viernes, 17 de junio de 2011

el loco de la selva

En un lugar de la selva del Brasil, de cuyo nombre no me queda más remedio que acordarme si quiero aprobar esta redacción, vivía un selvático empedernido, fuerte, y de los de taparrabos de piel de serpiente. Su nombre, difícil de pronunciar y exótico a más no poder, se olvidó, como cuando él se olvidó de vivir con la civilización.
Habitaba debajo de un arbusto tupido y comía lo que caía del cielo... Los cocos que caían de las altas palmeras era una preocupación constante en la vida de ese pobre hombre. Tenía un gran dolor de cuello que hacía de su columna vertebral un conjunto de huesos retorcidos. Su mayor afición, era pasear con las panteras que le tomaban como a uno más. Tanta era su obsesión por parecerse a los felinos que maullaba como si le fuese la vida en ello.
Al cabo de un tiempo, de no hablar con la gente, se olvidó de su idioma, de su raza, e incluso de cómo se utilizaban las manos.
Así pues, hacía lo que hacen todos los tigres. Gateaba, saltaba, rugía...
Harto ya del taparrabos, y olvidándose de para lo que servía, quitóselo a mordiscos y tiróselo a la cara de una pantera con la que había mantenido una disputa tiempo atrás. La pantera, asustada, se defendió, y claro está quién salió perdiendo en el combate.
Huyendo, se adentró en un pueblo selvático, y nuestro querido amigo, cegado por la locura, corría a cuatro patas, y al entrar en la civilización, ignorando por completo que la gente le miraba, se escondío en un carro, con sus grandes ruedas de madera desgastadas. Las gentes de aquel pueblo, sorprendidas, se acercaron para ver lo que ocurría.
Se quedó allí quieto, el pobre hombre, más de dos días, dándose cuenta de uqe no conocía nada de lo que allí pasaba.
Apareció por entonces un pastor con sus llamas, orgullosas y cuidadas. Cegado por el hambre, y por su locura , se echó a bocajarro sobre los animales. El pastor, llamó a gritos a sus vecinos, y cogió el bastón que portaba con él y le dio un buen golpe a la cabeza a nuestro protagonista. El hombre cayó inconsciente al suelo.
Cuando se despertó, estaba en medio de la selva, solo de nuevo.